El poder de los seres humanos

El poder de los seres humanos


EL PODER DE LOS SERES HUMANOS


Soy una científica en geología y trabajo en Australia en la Universidad de Sídney y la Universidad de Melbourne. Australia tiene 25 millones de habitantes y es casi siete veces más grande que Colombia. A la fecha Australia ha tenido 27,000 casos de COVID-19 con una tasa de mortalidad del 3.2%; en comparación Colombia ha tenido 790,823 casos y una tasa de mortalidad del 3.2%[1].

A comienzos de febrero de 2020 organicé una conferencia de geología en un hotel en Sídney que había sido una estación de cuarentena desde 1830 y fué utilizada durante la pandemia de influenza de 1918. Cuando llegamos al hotel todos hicieron el chiste de que el evento me había quedado muy bien organizado porque estábamos en ‘cuarentena’ así como miles de estudiantes chinos universitarios que no habían podido entrar a Australia porque había un virus llamado COVID-19. También pensé que era muy afortunada por vivir en esta época, porque las pandemias eran una cosa del pasado, porque la salud del mundo estaba muy avanzada.

Foto de las Montañas Azules, cerca a Sídney donde vivo y donde a veces voy a caminar durante el confinamiento. Las Montañas Azules fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por UNESCO el 29 de noviembre de 2000.

Un mes después me encontraba acompañando a mi suegro en cuidados intensivos, ya que él había sufrido un accidente y los médicos lo tenían con respirador artificial para que pudiéramos pasar unos días con él y poder aceptar la triste realidad de que no iba a sobrevivir. En retrospectiva si el accidente hubiera pasado tres semanas después, muy probablemente no habríamos podido estar con él en cuidados intensivos o probablemente el respirador artificial se le habría dado a una persona con menor edad. En la misa de las exequias el sacerdote nos dijo que no podíamos estrechar las manos durante la paz por COVID-19, y yo pensé para mis adentros: no creo que la situación sea tan grave. Después de haber estado por dos semanas aislada totalmente del mundo en cuidados intensivos y ayudando a organizar las exequias volví a Sídney, fui al supermercado y quedé totalmente asombrada de ver todos los estantes vacíos. Una semana después fue declarado el confinamiento y luego de mirar las cifras de infección y mortalidad fue evidente que la situación era seria. Hace tres semanas mi papá, quien vivía en Colombia, falleció de sus múltiples problemas de salud. Nunca me imaginé que vería cómo su ataúd entraba al crematorio a través de un video. Atesoro las memorias de cuando lo vi en diciembre de 2019, cuando no sabíamos cómo el mundo iba a cambiar en el 2020.

Al momento llevo 193 días trabajando desde la casa y limitando el número de veces que salgo de la casa. Me siento muy afortunada porque hago parte de la población que todavía tiene trabajo y todos los días me pregunto cómo será la vida después de la pandemia y las profundas consecuencias sociales que traerá.

a) Emisiones de dióxido de carbono en el período 1970–2019 (línea negra). La línea roja muestra las emisiones diarias hasta finales de abril de 2020. b) Emisiones diarias de dióxido de carbono en 2020 (línea roja, como en a). Las gráficas muestran la reducción del 17% en la contaminación global como consecuencia de la disminución en el transporte aéreo y terrestre y la producción industrial por el confinamiento causado por COVID-19.
Fuente: https://www.nature.com/articles/s41558-020-0797-x

Como geóloga, uno de los aspectos que he encontrado interesantes del COVID-19 es la reducción del 17% en la contaminación global como consecuencia de la disminución en el transporte aéreo y terrestre y la producción industrial[2]. Durante décadas ha habido una discusión muy grande acerca de si el cambio climático que el planeta está experimentando es causado por un incremento de emisiones de dióxido de carbono causadas porque los humanos usamos fuentes de energía que están basadas en hidrocarburos y por muchas otras prácticas que han alterado el balance del ciclo del carbono. A pesar de la evidencia contundente que demuestra que los seres humanos somos responsables por el incremento de emisiones de dióxido de carbono, esta controversia ha sido utilizada para ignorar y atrasar las medidas que todos podemos implementar para cambiar la trayectoria del cambio climático. Fue la pandemia y la muerte de un millón de personas en diez meses la que nos obligó a cambiar nuestros hábitos y a reducir la cantidad de energías no-renovables que usamos para ver el impacto que nosotros tenemos en la salud del planeta. Es interesante ver que durante la pandemia la demanda de hidrocarburos ha disminuido 80%[3] resultando en la caída del precio del petróleo y forzando a las compañías de petróleo a reducir el tamaño de sus operaciones. Quizá COVID nos hará darnos cuenta del poder que cada individuo tiene para transformar cómo decidimos vivir el futuro y parar de tirarnos la pelota con respecto al cambio climático.

Otra discusión interesante que se ha desatado a raíz del COVID-19 es entender el origen de los brotes de virus como Ébola, SARS y la gripe avícola para estar mejor preparados para cuando una nueva epidemia emerja en el futuro. Estudios de investigación han demostrado que el incremento en la deforestación de bosques prístinos y el crecimiento de la población está aproximando a las personas a especies animales que nunca antes habían estado cerca. La vida silvestre en todas partes está siendo sometida a más estrés. Los grandes cambios en zonas salvajes están causando que los animales pierdan hábitats, lo que significa que las especies se apiñan y también entran en mayor contacto con los humanos. Las especies que sobreviven al cambio ahora se mueven y se mezclan con diferentes animales y con humanos incrementando el riesgo de transmisión de patógenos animales a humanos[4][5].

Estos son tiempos de incertidumbre y zozobra, pero espero que COVID nos haga repensar en el profundo impacto que cada ser humano tiene en el planeta. El 99% de las especies se han extinguido durante la historia del planeta, está en nuestras manos decidir cómo vamos a vivir el futuro.


[1] https://coronavirus.jhu.edu/map.html
[2] https://www.nature.com/articles/s41558-020-0797-x
[3] https://www.cnbc.com/2020/03/30/dan-yergin-aprils-oil-demand-may-plunge-by-20-million-barrels-a-day.html
[4] https://www.scientificamerican.com/article/destroyed-habitat-creates-the-perfect-conditions-for-coronavirus-to-emerge/
[5] https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1471492219300613