Entre Live houses y la ópera de Sichuán: la escena musical de Chengdú
Chen Liujun[1]
Traducción: Wang Xingyu, Xie Linxi y Luis Cantillo.
Chengdú es la “capital” del suroeste de China, una ciudad floreciente con alrededor de 20 millones de habitantes, posee una cultura milenaria, excelente gastronomía y una vibrante escena nocturna. Una nueva propuesta de bares con música en vivo, que aquí se conocen como Live houses, se ha convertido en predilecta para jóvenes nacidos después del milenio.
En Jiuyanqiao, una de las zonas de discotecas situadas en el centro de Chengdú, encontrarán en el fondo de un callejón un enorme farol rojo con el carácter Jiu (酒), que literalmente quiere decir licor, pero indica bar o posada. Al acercarse escucharán música de fondo y al subir las escaleras terminarán frente a un recinto con aspecto de posada tradicional china, como de película de kung fu, este es Jianghu (江湖), uno de los Live houses más exitosos de la ciudad.


Jianghu literalmente significa ríos y lagos, pero el término se usa figurativamente para referirse a todos los rincones del país o llevar una vida errante. El lugar por dentro está decorado con faroles rojos y árboles sintéticos de duraznos en flor; allí la gente bebe y come a su gusto. Hay tres cantantes que se turnan para ser la voz principal o el coro, y después de unas cinco canciones, el DJ sube al escenario, asegurándose de que los comensales estén entretenidos mientras la banda toma un descanso.
Existen otros bares con música en vivo como Mao o Nuts Live-House, pero en estos generalmente se presentan bandas o solistas estilo underground, y el público en su mayoría ve el espectáculo de pie. A diferencia de los anteriores, Jianghu y otros Live houses son como un híbrido entre un bar, un restaurante y una discoteca en cuanto a espacio y estilo; además tienen un escenario adecuado con sistema de luces y sonido. Fundado en 2013, tiene un horario regular de presentaciones en el escenario, desde las nueve de la noche hasta la una de la madrugada, treinta minutos para la banda cada hora y tiene de cinco a seis cantantes por noche, cantan: R&B, rock, funk, rap y, principalmente, canciones pop.

Una de las cantantes que trabaja aquí es Jiang Hanning (nombre artístico Jenny, 31 años), una cantante brillante y aventurera. Cuando tenía 17 años, se fue a Beijing sola con su guitarra y, para ganarse la vida, optó por cantar en las calles. Tras su regreso, fortaleció su pasión por la música y se convirtió en cantante profesional. Jenny ha sido testigo de cómo la mayoría de jóvenes chinos disfrutan y consumen más la música con influencia occidental que la tradicional local.
Así como Jenny, yo también he trabajado en Live houses como Jianghu. Pero por mucho que me he sumergido en el mundo de la música jazz y pop, sigo teniendo un gran interés por la música tradicional china, especialmente por la ópera de Sichuán. De pequeña, con mi abuelo disfrutábamos ver la ópera de Sichuán en la televisión. Aunque por aquel entonces no entendía la mayoría de detalles del espectáculo, pero la música y las escenas coloridas siempre han estado en mi memoria. Después de muchos años, esa pequeña impresión me llevó a interesarme por esta forma de arte y me dio el impulso para conocer las tradicionales casas de té y teatros para ver óperas de Sichuán en vivo.

La casa de té Yuelai (悦来) fue el primer lugar al que fui para apreciar la ópera de Sichuán. Los sábados en la noche suelen representar apartes de diferentes obras conocidas. El costo de la entrada era de tan solo 20 yuanes e incluía una taza de té. La primera vez que fui, no tardé en darme cuenta de que la mayoría del público asistente eran personas mayores que tenían una hermosa cabellera plateada; una audiencia tan parecida en edad como lo que vi en los teatros de óperas occidentales durante mi estadía en el Reino Unido.
A medida que aprendía más sobre la ópera de Sichuán, entendí que, bajo el canto y la interpretación, hay mucho más que apreciar: los antiguos cuentos chinos, la historia, el espíritu y el humor que reside en nuestro dialecto local. La ópera de Sichuán preserva la parte más valiosa del dialecto y del espíritu de la región, y eso es lo que nos hace estar unidos a nuestra tierra. Pienso que la música tradicional, o el arte como este, debería protegerse y cultivarse adecuadamente, para que se convierta en una semilla profundamente arraigada en el corazón de los sichuaneses, para que amemos y sintamos que pertenecemos a esta provincia.

Desafortunadamente, debido a la influencia cultural de la música occidental como el jazz y el pop, y también por falta de atención por parte del gobierno, la ópera de Sichuán está decayendo lentamente. Por un lado, la música occidental ha capturado la mayoría de la audiencia juvenil en el mercado musical. De otro lado, hasta ahora las políticas del gobierno y el personal administrativo de los teatros no están aportando nuevas ideas.
He entrevistado a dos cantantes de ópera de Sichuán, y parece que no importa el motivo que lo lleve a uno a entrar en esta industria, la mayoría adora este arte, pero están decepcionados con el sistema de la gestión. Xiao Mei (de 41 años) dice que no hay incentivos para motivar a artistas jóvenes; los gestores no aprecian este arte ni lo entienden y solo trabajan para sacar sus propios beneficios. También es triste escuchar a Guang Fu (de 42 años) decir, “Me sigue gustando, pero ya no me encanta”, también afirmó que con el paso del tiempo algunas de las obras están desapareciendo, porque viejos artistas como Xu Mingui (maestro del tambor) han fallecido, junto con toda la música y el repertorio que tienen en su memoria.


Retomando el tema de los Live houses, a lo largo de un año trabajé en Live Houses en Chengdú, y, así como Jenny y otros cantantes, creo que esta industria aún está prosperando; sin embargo, este tipo de trabajo tiene sus altibajos.Jianghu pertenece a la companía Daji, que es propietaria de otros siete establecimientos. Todos los músicos que trabajan allí tienen contrato de exclusividad. No es un sistema perfecto, pero para estos músicos, el trabajo duro es recompensado. Para las personas que visitan Jianghu usualmente no hay gastos mínimos requeridos para una mesa; si quieres, con una cerveza que cuesta solo 30 yuanes, puedes estar ahí y disfrutar toda la noche con música en vivo. El bajo costo, el ambiente seductor y la buena música han atraído a mucha clientela joven. “Solo la música puede curar todo el dolor del mundo”, afirma Jenny. Ella considera la música como una amiga que nunca te deja, siempre te cura.

En cuanto a la ópera de Sichuán, me pregunto, ¿por qué no hacer una especie de proyecto estilo Buenavista Social Club, un documental o archivo para registrar a los viejos músicos y transcribir en partituras las obras? La respuesta a la que llego es realista y práctica, porque esto solo te quitará tiempo y trabajo, y quizás nada te recompensará el esfuerzo. Últimamente, el gobierno está otorgando incentivos a músicos para que escriban nuevas obras, pero poco se invierte para proteger algunas obras antiguas. Considero esta política como una espada de doble filo; por ejemplo, el Teatro de Ópera de Sichuán ha presentado un nuevo espectáculo llamado Hibisco: quintaesencia de la cultura china, que ha sido muy popular desde su estreno en 2021. Esta obra ha combinado todos los artificios de la ópera de Sichuán y ha atraído a mucha audiencia joven, turistas y extranjeros. Sin embargo, el precio del boleto es de alrededor de 200 yuanes. Está muy lejos de los 20 yuanes de los espectáculos a los cuales yo acostumbraba ir, sin mencionar que no incluye té. Pensaría que un espectáculo como este no solo ayudaría al teatro a cubrir gastos, sino que también podría generar suficientes ganancias para invertir en la creación y la preservación de la ópera de Sichuán.
Por lo pronto, sigo en medio de estos dos polos, Live Houses y la ópera de Sichuán. En la ópera clásica, Pabellón de peonías, hay una frase que me gusta: Sin haber entrado al jardín, ¿cómo puedes apreciar la primavera? Invito a todos los que lean este texto a visitar Chengdú, el jardín de Sichuán, para que conozcan personalmente su escena musical.
[1] Estudió música en Chongqing y realizó una maestría en canto de música occidental en la Universidad de Southampton, Inglaterra. Le gustan los gatos, tejer y bailar salsa.