¿Estudiar y trabajar en el campo de la música clásica occidental en China?, ¡por qué no!

¿Estudiar y trabajar en el campo de la música clásica occidental en China?, ¡por qué no!

¿Estudiar y trabajar en el campo de la música clásica occidental en China?, ¡por qué no!

Shirley García[1]

Cuando has estudiado música en un conservatorio es muy común que al terminar tus estudios de pregrado pienses en hacer tu maestría en Europa. Como todos sabemos, este continente es la meca de la música clásica en el mundo y cuenta con teatros y escuelas que a lo largo de la historia han visto el nacimiento y crecimiento de músicos de gran trayectoria. Pero…, y si la vida por diferentes razones te presenta la oportunidad de seguir tus estudios musicales en… China, ¿te irías?, ¿tendrías la suficiente valentía como para atravesar el mundo y conocer de cerca una cultura que es diferente a la tuya?

Bueno, pues eso fue lo que nos pasó a Mauricio Barbón (32 años, violinista clásico) y a mí cuando esta oportunidad llegó a nuestras vidas. Al principio fue algo que tuvimos que pensar muy bien porque sabíamos de entrada que el idioma iba a ser una inmensa barrera y algo totalmente nuevo para nosotros. Pero creo que pudieron más nuestras ganas de tomar el riesgo y de, por qué no, explorar.

Mauricio Barbón y Shirley García en Chengdú, junio 2021. Fotos: cortesía de la autora.

En mayo de 2018 aplicamos a una maestría en China; meses después recibimos una respuesta afirmativa y una beca completa. En septiembre de ese año empezó esta aventura. Tuvimos escala en México, Los Ángeles, y después vuelo directo hacia la ciudad de Chengdú en la provincia de Sichuan.

Al llegar, nos recibieron estudiantes de la Universidad y nos llevaron al campus donde viviríamos por los siguientes dos años. Sin duda, una de las primeras cosas que más impacta al llegar son los caracteres chinos por doquier y que, por supuesto, no tienes idea de qué significan; otra cosa es el hablar de los chinos, sonidos totalmente nuevos y extraños para nuestros oídos que siempre han escuchado el español y el inglés y, tal vez otras lenguas occidentales. 

En nuestro dormitorio, la diversidad y el intercambio cultural aumentaban, pues teníamos compañeros de Tailandia, Laos, Malasia, Indonesia, Serbia, Rusia, Ucrania y México, así que no era solamente escuchar chino, sino todos estos idiomas cada uno con sus particularidades y acentos.

Estudiantes con el maestro Octavio Arévalo (tenor mexicano)

Opera y música china

Después de unos días de adaptación a esta nueva vida en el campus, fuimos invitados a un concierto de ópera china. Y aquí fue el otro, considero yo, gran choque cultural.

La ópera china es totalmente diferente a lo que en occidente conocemos como ópera. Tienen una orquesta diferente conformada por instrumentos como el erhu, la suona, xiao, hulusi, pipa, entre otros. También hay una marcada diferencia en la forma de cantar. Los cantantes chinos tienen una colocación mucho más nasal y sus obras musicales siempre están en escala pentatónica lo que hace que se diferencie de nuestra música donde manejamos más diversidad de escalas al momento de componer.

Otra particularidad que llama mucho la atención y que solo es característica de la ópera de Sichuan es el uso de máscaras y el cambio momentáneo de las mismas. Esto es, que un cantante puede estar actuando y cantando y, de repente, ¡su máscara cambia en un abrir y cerrar de ojos! Cada máscara tiene su significado de acuerdo con el color: rojas son lealtad, honestidad; blancas son suspicaces; negras son seriedad, poder, rudeza; azules son rebeldía; amarillas son de personalidad salvaje; verdes son impulsivos, valientes; morados son solemnes y justos; máscaras doradas que representan poder e inmortalidad; por último está el arlequín con su carácter siempre cómico y picaresco; a su vez, cada personaje dentro de la ópera debe cumplir con ciertas habilidades de actuación, baile, canto, acrobacia y lucha que dan vida a una serie de movimientos en su mayoría simbólicos y que, desde el punto de vista estilístico, permiten a la audiencia seguir e ir entretejiendo la obra. Para mí, como cantante de ópera occidental, ha sido muy interesante ya que podríamos relacionarlo un poco con los personajes de la comedia del arte italiana.

Opera de Sichuan. Fuente: https://www.letraschinas.site/?s=Opera+de+Sichuan

Ser colombiana en Chengdú

Para los chinos, somos muy exóticos. En el caso de que no seas rubio con ojos verdes, llaman mucho la atención nuestros ojos grandes, la forma de nuestra cara que, según ellos, es más definida en el mentón y la forma de nuestra nariz les gusta muchísimo. Tampoco es extraño que vayas por la calle en cualquier transporte público y de repente te miren mucho y se acerquen a pedirte que te tomes una foto con ellos; son gente muy amable que siempre está dispuesta a ayudar si lo necesitas y les encanta cuando damos las gracias. Aquí, no es algo muy común, pero como colombiana debo decir que es un gesto muy bonito que tenemos y que, en cualquier parte del mundo, la gente agradece mucho y lo recibe con amor y alegría.

En relación con la imagen que tienen de nuestro país, debo decir que es muy positiva. Nos reconocen más que todo por el futbol y por jugadores como James o Cuadrado; también saben que somos de los países con mejor café en el mundo y que bailamos salsa. En ese aspecto quiero resaltar que es gratificante que no nos asocien con el narcotráfico y personajes relacionados con esa historia. 

Maestra Jiang LiNa y Shirley García.

Estudiar canto en China

Sé que a estas alturas se estarán preguntando: bueno, ¿y cómo ha sido estudiar canto lírico en China? Pues aquí va lo que fue mi impresión durante mi maestría. 

Enfrentarme a cantar en chino no fue nada fácil. Esto supuso un gran reto para mí porque casi todo era nuevo; ver las partituras en donde la letra solo eran caracteres fue uno de los primeros ¡Ah! en mi cabeza (risas); pero afortunadamente el chino tiene algo que se llama pinyin y es lo que podríamos llamar el “deletreo” de los sonidos del chino. Teniendo esto y con la ayuda, por supuesto, de mis compañeros malayos ya que ellos también hablan chino, comienza el reto de aprender a pronunciar cada sonido. En este proceso tuve la fortuna de contar con una gran maestra Jiang Li Na (mezzosoprano), quien me guiaba con mucha paciencia y pasión porque sabía que para mí era algo totalmente nuevo y poco a poco me fue ayudando a descubrir este repertorio y acogerlo en mi voz. La memorización fue otro reto para mí ya que con otros idiomas tienes algún referente, pero el chino, ¡el chino! Así que recurrí más a la memorización de los sonidos, de hacerlos algo más orgánico para mi cerebro, además, claro, de tener la traducción a la mano. 

Por otro lado, contaba con el maestro Octavio Arévalo (tenor mexicano) quien me guio en el repertorio occidental que en muchas ocasiones significó otro reto ya que muchas de las obras que abordé las veía inalcanzables durante mi pregrado. Romper con esa barrera fue muy satisfactorio, me llevó a descubrir más mi voz, y a tener más seguridad de lo que podía hacer. Sin duda alguna, esta maestría supuso para mí grandes retos y crecimiento en todos los ámbitos, aunque desafiante; creo que fue un regalo de la vida tener esta oportunidad y haberme arriesgado a cruzar el mundo para tomarla.

Abrirse un camino profesional

Después de graduarme en julio de 2021. Tuve la oportunidad de ser invitada a Ising! International Young Artists Festival.  Allí conocí a profesionales apasionados, desde sus organizadores hasta los cantantes con los que compartí escenario. Este festival está pensado para permitir que cantantes alrededor del mundo tengan la oportunidad de acercarse a la cultura china, por supuesto, desde la música, y durante un mes preparar una producción en la cual se cantan varias de las obras más sobresalientes de su repertorio.

Más adelante, hice parte de la Kunming International Philharmonic Orchestra como soprano solista. Aquí compartí con músicos en su mayoría de Ucrania, pero también de Rusia, Uzbequistán, Azerbaiyán, Alemania, Bielorrusia, Mongolia y, por supuesto, de China. Tener compañeros ucranianos y rusos en estos momentos de tensión geopolítica no fue fácil. Muchos de los familiares de los integrantes ucranianos estaban en las zonas iniciales del conflicto y temían por sus vidas. Por supuesto hubo pequeñas discusiones y actitudes de resentimiento y señalamiento, pero al final todo se solucionó con diálogo, comprensión, así como la convicción de usar nuestro arte, en este caso la música, para unir, construir y reconciliar.

Siguiendo esta idea de unión a través del arte, tengo que decir que una las cosas que más me encantan de esta carrera es la maravillosa oportunidad que nos brinda de viajar y hacer intercambios culturales que van ampliando tu mente, tu manera de ver el mundo y te hacen cada vez más consciente de lo diversos que somos, pero también de lo fascinante que es descubrir y aprender de esa diversidad. Creo que, como músicos, estas experiencias son las que más enriquecen nuestra interpretación y nos ayudan en el camino de la creación y/o construcción de nuestra autenticidad e identidad como artistas.  

Por la pandemia, China ha sufrido como el resto del mundo. Se han cancelado eventos, conciertos, temporadas musicales, se han cerrado academias y lamentablemente también algunas orquestas. Pero creo que todos en este globo multicolor estamos tratando de recuperar esa vida que alguna vez llamamos normal y esa libertad con la que solíamos hacer arte y movernos por el mundo. La pregunta que me hago es: ¿Aprendimos algo de esta situación como humanidad? Quisiera creer que sí.

Recital de Shirley García en la Universidad de Chengdú 2018.

Tener una mente abierta 

Venir a China es salir por completo de tu zona de confort y abrirte a conocer una cultura totalmente diferente, pero en los casi cuatro años que llevo aquí, pienso que es un país que evoluciona rápidamente en muchos aspectos y cada día se abre más al mundo generando un gran intercambio cultural que permite estrechar lazos entre ambas partes.

La calidez de su gente poco a poco logra que este país se gane un lugar en tu corazón. Con mucho aprecio recuerdo a Mei, una chica que trabaja en uno de los cafés de la facultad y que siempre me recibía con una sonrisa, me enseñó como pedir café en chino y hace unas semanas cuando tuve que viajar a Chengdú, me ayudó a encontrar donde hospedarme ya que por las restricciones no todos los hoteles reciben extranjeros en estos momentos. Como ella, ha habidomuchas personas a lo largo de estos cuatro años que me han ayudado enormemente y que toman tu dificultad o problema como si fuera de ellos, y de verdad te ayudan a solucionarlo; esto ha hecho que muchas veces no me sienta sola, sino como parte de una pequeña familia estando tan lejos de mi patria.

Desde el punto de vista cultural, puedo decir que es un país que aprecia e invierte muchísimo en el campo artístico. En Chengdú, a lo largo de estos años, se han construido he inaugurado varios teatros. Por dar algunos ejemplos, está el Chengdu City Hall que cuenta con tres salas de concierto, los auditorios que tiene el nuevo campus de la Universidad de Chengdú y las becas completas, muchas de ellas dadas por el Gobierno, para que estudiantes extranjeros vengan a hacer sus estudios de pregrado, maestría y doctorados. Veo en China un futuro esperanzador para el arte en todas sus expresiones y dispuesto a este gran intercambio cultural, pero como siempre, esto sigue suponiendo desafíos de financiamiento y de que quienes cuenten con un poder de liderazgo tengan un alto conocimiento de lo que es la gestión cultural y, en conjunto con una gran calidad humana, sean capaces de dar un verdadero valor al artista; velar por la preservación del arte, chino en este caso, y, diría también, de velar por generar y producir arte con estándares de calidad que permitan un resultado más profundo que trascienda en quienes lo reciben y no uno vacío y carente de propósito.

Shirley García en Kunming

[1]  Cantante lírica colombiana, graduada del Conservatorio de Música de la Universidad Nacional de Colombia, con Maestría en Artes en la Universidad de Chengdú, China.