“Uno pasa por China, pero China no pasa por uno”. Entrevista con el sinólogo Parsifal D´Sola Alvarado, fundador de la Fundación Andrés Bello – Centro de Investigación Chino Latinoamericano

“Uno pasa por China, pero China no pasa por uno”. Entrevista con el sinólogo Parsifal D´Sola Alvarado, fundador de la Fundación Andrés Bello – Centro de Investigación Chino Latinoamericano

“Uno pasa por China, pero China no pasa por uno”. Entrevista con el sinólogo Parsifal D´Sola Alvarado, fundador de la Fundación Andrés Bello – Centro de Investigación Chino Latinoamericano

Luis Cantillo[1]

Comencemos este té virtual para conocer acerca de tu experiencia, ¿cómo te interesaste por China?

Todo comenzó con un viaje turístico en el 2007; nunca había estado en Asia, esa fue mi primera parada. En aquel momento, todavía me faltaba un año y medio para graduarme, estudiaba ingeniería en telecomunicaciones en la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas. Eso no tenía nada que ver con lo que terminé haciendo, y ese fue un viaje que me cambió los paradigmas; fui inicialmente dos semanas a China, pero termine quedándome casi dos meses. Me atrapó, me gustó muchísimo y regresé. 

¿En qué año fue ese viaje? 

Estamos hablando del 2006, cuando en Venezuela se estaban desarrollando cambios, con los movimientos estudiantiles en contra del gobierno de Hugo Chávez en el cual estuve involucrado. En contraste, uno llega a Beijing y la realidad te sorprende con la velocidad en que construyen líneas de metro y se desarrolla la ciudad. Para un estudiante universitario venezolano eso fue bastante abrumador y me generó una curiosidad de entender particularmente su desarrollo; ¿cómo fue posible que China cambiara si hace un par de décadas era un país increíblemente pobre? 

La torre Citic o China Zun en construcción, el edificio más alto de Beijing (segundo de izquierda a derecha). En la imagen también se aprecia el edificio o edificios que se unen en el aire de la Televisión Central de China.
Foto: todas las imágenes son cortesía de Parsifal D´Sola.

Entonces, esto me generó muchísima curiosidad, porque había un contraste con la evolución de Venezuela que, en algún momento de los 60, 70, era el destino, era el paradigma de desarrollo a nivel latinoamericano, con un crecimiento robusto que atraía a los extranjeros y luego fuimos en la dirección opuesta. De ahí regreso a Venezuela, me gradúo, y al día siguiente de la graduación estaba en un avión, con un pasaje únicamente de ida a Beijing con la intención de aprender chino, y ahí empieza mi carrera como sinólogo. 

Me da la impresión que coincidimos unos años en Beijing, pero no nos conocimos. ¿En qué universidad estudiaste?

Los primeros tres años estuve en la Universidad de Lengua y Cultura de Beijing (BLCU, por su sigla en inglés); en realidad, el primero y el tercero, porque el segundo lo hice por mi cuenta. Creo que ese fue el año, el punto de quiebre, porque utilicé el dinero que tenía para pagar la universidad y mi estadía en Beijing para contratar a una pareja, una profesora y su esposo. Estuvimos viajando cuatro meses por China. Fue una especie de programa-estudio “endógeno” que nos inventamos nosotros y visitamos numerosos pueblos, ciudades pequeñas, lugares por fuera de las metrópolis. Te puedes imaginar, ahí mi nivel de chino mejoró muchísimo. Tuve la oportunidad de compartir con esta pareja, conocer a su familia, fui al matrimonio de parientes de ellos y, bueno, si ya de por si tenía una curiosidad inmensa de conocer el país, esto lo terminó de catapultar.

Parsifal en la cuevas de Mogao, provincia de Gansu. Foto: cortesía.

¡Qué buena experiencia!, además porque conociste la China profunda antes de los Juegos Olímpicos de 2008. 

Sí, sin duda. A partir de ahí es cuando decido enfocarme de lleno a estudiar el sistema político chino, la historia contemporánea, y aplico para estudiar en la Universidad de Columbia en Nueva York una maestría, enfocado especialmente en su historia contemporánea y su sistema político. 

Me imagino que al estar en la Universidad de Columbia, eso te dio ciertas estructuras, de cómo entender a China desde la sinología angloparlante y su larga historia, ¿cómo fue esa experiencia? 

Correcto, es un poquito distinto. Me dio estructura tal cual, previo a mis estudios lo que tuve fue una educación de idioma y la experiencia de vivir en China. Al estudiar en Columbia, elegí todas mis clases enfocadas en política, sistema de gobierno, política exterior e historia contemporánea de 1949 en adelante. Entonces eso me dio como un basamento, una estructura para comprender mejor la evolución del sistema político, la toma de decisiones en los años ochenta, el aceleramiento económico que se comienza a dar, entre otras cosas y, bueno, cuyos resultados son los cambios que vi cuando viví allá.

Al terminar la maestría, me regresé a Beijing donde comencé a trabajar para una agencia de periodismo llamada China Files, creada de hecho por la periodista colombiana Natalia Tobón, quien hoy en día es directora de ProColombia en Beijing, y ahí estuve trabajando poco más de cuatro años.

Plaza principal de la Universidad de Columbia en Nueva York. Fuente: https://news.columbia.edu/news/dual-degree-tel-aviv-university-Israel

Un mundo pequeño, ¿qué tipo de trabajo hacías?

Por un lado haciendo investigaciones y, por otro, relaciones públicas para entidades latinoamericanas. Esto me abrió otro mundo, dado que comenzamos a trabajar bastante con periodistas chinos y a entender cómo funcionan las relaciones públicas allá, que es una cosa muy distinta; aprendí muchísimo.

Con tu experiencia en China Files, asumo que logras comprender más a fondo de la relación China-Latinoamérica y, por otro lado, de lo difícil que es hacer periodismo en China.

Sí, pero nosotros estábamos en un área gris, precisamente porque China Files estaba registrada en Hong Kong, independientemente de que nosotros estábamos operando en Beijing; lo interesante es que era obvio que estábamos bajo supervisión, pero en ningún momento se metieron con nosotros, no hubo ningún tipo de censura. Creo que eso en parte se debe al contenido que estábamos haciendo o reproduciendo, porque era en español y para medios latinoamericanos, no tenía impacto o alcance dentro de China.

Hay muchas anécdotas que contar, pero dentro de las asignaciones que tuve, recuerdo una en Hangzhou. Una visita de una delegación del Gobierno chileno a la empresa Alibaba. La presentación que les dio Alibaba fue una cosa increíble, le mostraron aspectos tecnológicos de la empresa en temas de mercadeo, en temas de comercio internacional, para establecer partnerships con distribuidoras locales; en fin, conocí aquella cartera inmensa de productos y la Asociación Chilena quedó encantada.

¿Cuándo decides aplicar al doctorado en Inglaterra y por qué?

Laboralmente sentí que toqué un techo; si hubiese querido quedarme, probablemente las opciones hubiesen estado relacionadas con alguna embajada. En ningún momento me planteé trabajar en la embajada venezolana por razones políticas, o podría haber trabajado con alguna televisora o medio chino, pero allí no habría podido desarrollar los temas en los que yo estaba interesado. Entonces, decidí regresar a Venezuela para tocar base, y ahí tomo la decisión de continuar mis estudios en la Universidad de Londres, en la Facultad de Estudios Africanos y Orientales, (School of Oriental and African Studies, SOAS por su sigla en inglés). Esto se convirtió en un segundo máster, y eso se debió a que en el año 2018 se estaba moviendo mucho el tema político en Venezuela; había indicios de que se podía dar algún tipo de cambio político y decidí irme a Colombia 

Antes de adentrarnos en tu nuevo proyecto del centro de investigación, ¿qué diferencia encuentras entre el mundo académico de la Universidad de Columbia y el de SOAS? 

No se parecen en absolutamente nada. Independientemente de que los dos posgrados estaban enfocados en China, el sistema educativo es muy distinto. Uno se imaginaria que quizás había algunas semejanzas en cuanto a las formas de dictar las clases, la dinámica que existe entre el estudiantado y el profesorado; todo muy distinto. La experiencia en Columbia fue muchísimo más personalizada, grupos más pequeños en los que predominaba la discusión, la interacción entre los estudiantes y el profesorado, cosa que valoré muchísimo; en el caso de SOAS, era más unidireccional, se dictan las clases; sí había espacios para discusión, pero eran dinámicas de asistir a la clase, tomar tus notas, trabajar mucho por tu cuenta y presentar tus trabajos. Por razones obvias, yo preferí en cuanto a calidad y contenido la experiencia de Columbia. Sin embargo, y podrá sonar ilógico, aprendí más en SOAS porque las materias eran mucho más teóricas. La maestría era en política internacional, entonces había bases teóricas que yo no poseía, eso me ha ayudado bastante desde que terminé.

Vista interior de la biblioteca de SOAS, Universidad de Londres. Fuente: https://en.wikipedia.org/wiki/SOAS_University_of_London#/media/File:SOAS_Library_interior_view.jpg

 ¿Sobre qué escribiste tu segunda tesis? 

La tesis fue acerca de las relaciones entre China y Venezuela. Hice una investigación comparativa entre los intereses venezolanos y los de China a nivel latinoamericano, y argumento que fue esta congruencia de intereses en una época especifica lo que sirvió de base para lo que fue la relación más importante de China en Latinoamérica.

Hablemos de tu llegada a Bogotá y la creación de la Fundación Andrés Bello Centro de Investigación Chino Latinoamericano

Cuando aparece en el escenario Juan Guaidó, se da todo el desarrollo del gobierno interino y ahí es cuando viajo a Bogotá y comienzo a involucrarme con lo que vendría siendo el Ministerio de Relaciones Exteriores. Específicamente, yo me uno al grupo a trabajar en la formulación de política exterior con China. Esta era mi primera experiencia para poner en práctica mucho de estos aprendizajes teóricos y de las vivencias personales que tuve en China; fue como que ahí hubo una congruencia de mis últimos doce o trece años de experiencia laboral y de vivencia personal en China. Desafortunadamente, el cambio que aspirábamos no se dio; yo salgo al año de estar trabajando con el Ministro de Relaciones Exteriores. 

Ahí es donde comienzo a considerar la creación de un centro de investigación. Asumo que tú también lo has notado; no solo el desconocimiento, sino la falta de contenido sobre China en nuestros países. Tomando en cuenta ese gran vacío informativo, es que tomé la decisión de crear la Fundación Andrés Bello – Centro de Investigación Chino Latinoamericano basado aquí en Bogotá. 

¿Cuándo lo fundaste, y tiene relación con el Convenio Andrés Bello que conocemos en Colombia? 

Somos totalmente separados. Somos una ONG y, precisamente por temas burocráticos de regulaciones aquí en Colombia, necesitábamos registrarnos como una fundación y al final tratando de buscar un nombre que resonara a nivel latinoamericano, nos fuimos por Andrés Bello. Comenzamos a trabajar justo en marzo del 2020, como dos semanas antes de que cerraran absolutamente todo por la pandemia. 

Parsifal en su oficina de la Fundación Andrés Bello – Centro de Investigación Chino Latinoamericano. Foto: cortesía.

 ¿Qué tipo de proyectos has realizado en estos dos años? 

Inicialmente, dada mi área de experticia en Venezuela, el primer año estuvimos enfocados más que todo en periodismo de investigación en Venezuela en relación con China. Analizamos qué estaba sucediendo en el momento, resultados de proyectos, relación gobierno a gobierno, condiciones laborales de empresas chinas en Venezuela.

Luego optamos por crear un proyecto de seguimiento de la diplomacia pública de China a nivel latinoamericano. Pensando en cuál era la herramienta que mejor pudiese visualizar esta diplomacia, o por lo menos hacerla cuantificable, decidimos enfocarnos en las cuentas oficiales de Twitter de todas las representaciones de China en la región; estamos hablando de embajadas y consulados. Creamos una base de datos de todo el contenido que han venido publicando estas cuentas desde el primero de enero del 2020; una vez recolectada toda esta información, se hace un análisis narrativo de todo el contenido publicado y, además, se crea una herramienta de investigación que lanzamos hace dos meses aproximadamente, en la cual periodistas, académicos, investigadores y cualquier persona a la que le interese la diplomacia de China en la región, pueden meterse y hacer una búsqueda especializada de todas estas cuentas, de sus publicaciones, hacer comparaciones entre cuentas, ver cuáles son las temáticas que han estado usando estas cuentas en periodos distintos, y todo eso con el fin de utilizar la diplomacia como una fuente de información para saber cuáles son los intereses de China, no solamente a nivel macro, sino también a nivel doméstico, local; ello sirve para tener un registro que irá creciendo en el tiempo, y para que sea insumo para personas como nosotros que estamos interesados. 

Todo esto fue pensando precisamente imaginando qué tipo de información me hubiese gustado a mí tener hace cinco años para poder hacer una investigación. 

China Latam Twitter Database. Fuente: https://fundacionandresbello.org/

Cuéntanos de la serie de pódcast, una idea que me parece muy acertada

Sí, estamos bastante contentos. Esta serie de entrevistas hace parte de Supchina, ahora llamado The China Project,  una plataforma mediática en Estados Unidos que se especializa en China. Es el primer podcast de habla no inglesa de su red, tiene un alcance grandísimo a nivel mundial. A mí personalmente me encanta, porque aprendo muchísimo; hemos tenido invitados para hablar acerca de los jugadores latinoamericanos de fútbol que van a China; con otros hablamos de política, economía o arte. La idea es tener conversaciones bastante diversas y compartir tras fronteras.

¿Qué otros proyectos te gustaría realizar en un futuro? 

Queremos comenzar a brindar cursos de capacitación para periodistas, con el fin de crear una red de periodismo de investigación, con conocimiento de base acerca de China y su participación en la región. 

Para terminar, antes de comenzar la entrevista me dijiste que para algunas personas “uno pasa por China, pero China no pasa por uno”, ¿a qué te refieres?

En parte por dos razones, una porque China cambia muy rápido, no importa en donde estés, incluso en la capital que uno pensaría que las cosas no cambiarían tanto, pero nada que ver, todo cambia rapidísimo; y, por otro lado, todas las personas, independientemente de la nacionalidad, que hayan visitado China tienen experiencias distintas; no es lo mismo visitar China en el 2007, 2008, 2009 no solamente por el nivel del cambio, sino también por las mismas actitudes que uno encuentra en la sociedad frente a los extranjeros; eso también ha ido cambiando. Agregaría que además mucha gente llega a China con unas expectativas que no se ajustan a la realidad; a mí me sucedió, a mis amigos cercanos estoy seguro de que también; compartimos un desconocimiento de lo que nosotros imaginábamos que era China.

Gracias por tu tiempo, y te deseamos muchos éxitos 

Gracias a ustedes, si alguien me hubiera dicho en qué problema me estaba metiendo, quizás no lo hubiera hecho, pero estoy supercontento de lo que ha pasado.

Serie de pódcast Café y Seda. Fuente: https://fundacionandresbello.org/en/silk-coffee-podcast/

[1] Editor de Mareas Pacífico.