“Es para mí la obra más compleja y difícil de toda la narrativa latinoamericana” Entrevista a Lin Yi’an, traductor de Terra Nostra de Carlos Fuentes

“Es para mí la obra más compleja y difícil de toda la narrativa latinoamericana” Entrevista a Lin Yi’an, traductor de Terra Nostra de Carlos Fuentes


“ES PARA MÍ LA OBRA MÁS COMPLEJA Y DIFÍCIL DE TODA LA NARRATIVA LATINOAMERICANA” ENTREVISTA A LIN YI’AN, TRADUCTOR DE TERRA NOSTRA DE CARLOS FUENTES

A.F. Osorio [1]


El profesor Lin Yi’an se comprometió con una empresa descomunal: traducir al chino la novela Terra Nostra del escritor mexicano Carlos Fuentes. 

En algunas ediciones originales en castellano el libro alcanza las 800 páginas. Cuando se habla de él se refieren a una novela total, un palimpsesto, la novela mayor del autor, el trabajo mejor y menos leído de Fuentes. 

Su traductor al chino es un amable hombre de 85 años, vital, ingenioso, cultor del castellano y un referente entre los hispanistas chinos. “Nací en Shanghai. Pasé allá mi infancia y adolescencia. Vine a Pekín en 1955”, rememora Lin. Luego confiesa su edad y deja ver un dato que ya demuestra su devoción por las letras hispanoamericanas: “Nací en 1936, como Mario Vargas Llosa”.

Pero el año de nacimiento no es lo único que lo acerca al premio Nobel peruano. El equipo de trabajo del profesor Lin vertió al castellano Conversación en la Catedral, una de las novelas capitales de Vargas Llosa. Además, Lin y el escritor se conocieron en Buenos Aires en 1993 y discutieron detalles de la traducción de la historia de Zavalita y el momento en que se jodió el Perú. De ese encuentro quedaron algunas fotografías de ambos, vestidos de trajes claros, sonrientes.

El profesor Lin Yi’an y Mario Vargas Llosa, Buenos Aires, 1993. Todas las fotografías son cortesía del profesor Lin

Para cualquier lector, Terra Nostra no es un libro sencillo. Es voluminoso, complejo, sobrecargado de referencias históricas y culturales. Escrito por una de las mentes más brillantes de la literatura hispanoamericana de la segunda mitad del siglo XX. Es un texto inabarcable. Su traductor al chino lo sabe y lo resume en una frase: “Terra Nostra es una novela que no ha terminado de leerse. Se lee cada vez mejor. Es una novela para releer”.

Y agrega: “es para mí la obra más compleja y difícil de toda la narrativa latinoamericana”.

La edición china de la novela cuenta con un texto de Juan Goytisolo, escritor español, otro gran intelectual, muy cercano a Fuentes, quien siempre dijo que Terra Nostra es una gesta literaria a la altura de las emprendidas por Picasso en la pintura o Joyce en la narrativa.    

Traducirla le costó a este octogenario de buen sentido del humor y trabajador disciplinado, cuatro años de su vida en jornadas maratonianas: “Me levantaba a las 5:30 de la mañana y trabajaba hasta las nueve o diez de la noche”.

Sus cómplices en la empresa fueron su esposa, su hija, que habla español y le ayudó con algunas búsquedas específicas, y el profesor mexicano Juan Carlos Rodríguez quien tradujo para él al español fragmentos de Terra Nostra que están en latín.

Terra Nostra de Carlos Fuentes traducido por Li Yi’an

El primer encuentro entre el castellano y Lin no fue precisamente el buen inicio de una historia de amor. Cuando el joven Lin llegó a Beijing en 1955 los estudiantes no escogían por sí mismos su vocación, era el Partido Comunista Chino (la patria, diría el profesor) la que elegía por ellos. El partido quiso que Lin estudiara español, una lengua que no entusiasmaba para nada al joven shanghainés, que prefería el inglés y el alemán porque quería ser físico.

Sin embargo, fue la literatura la encargada de dar la vuelta de tuerca. En la Universidad de Estudios Extranjeros de Beijing lo esperaba la profesora María Lecea, una leyenda en la empresa de acercar los mundos del mandarín y el castellano. En una clase, ella recitó los poemas de Federico García Lorca y el joven Lin no tuvo otro remedio que rendirse a ese idioma melodioso de sonidos extensos. Después llegaron los ensayos de Azorín y la historia de amor entre el estudiante y la lengua de Cervantes ya no tendría vuelta atrás. Un texto de Azorín fue su primer trabajo como traductor.   

Además de Vargas Llosa, el maestro Lin también conoció a Ernesto Sábato, quien lo impresionó por combinar la pintura y la escritura en búsqueda de la belleza; a María Kodama, quien elogió la traducción al chino de las obras completas de Borges, liderada por Lin; a Miguel Ángel Asturias y Manuel Zapata Olivella, que visitaron Beijing cuando el traductor era un estudiante, a Juan Rulfo y a Octavio Paz, con quienes se cruzó en una visita en México en 1985.        

El apartamento del profesor Lin se ubica en el centro de Beijing. Es un lugar claro, bien decorado, espacioso. Vive allí con su esposa. Una fotografía del joven matrimonio y su hija resalta entre las plantas que dan vida a un espacio iluminado también por las otras luces que guían la vida de sus habitantes: los libros.

Interior del libro con retrato de Carlos Fuentes

Volvamos a Terra Nostra y a Fuentes. ¿Qué lo acerca a este autor? 

Admiro mucho a Borges y a Fuentes. Estos dos escritores tenían un nivel cultural muy elevado. Borges es difícil de traducir, pero sus textos son cortos, pero Carlos Fuentes es difícil y extenso. Todavía no ha aparecido en América Latina un escritor que pueda compararse con Carlos Fuentes. Nadie ha llegado a esa cumbre. 

¿Qué fue lo más difícil en el proceso de traducción?

Lo más difícil en mi trabajo es conservar el estilo del escritor y en Terra Nostra no solo existe un estilo sino varios. Por ejemplo, se citan cuentos de la Biblia, edictos reales, son muy diferentes entre sí, cómo expresarlos en chino. Para los decretos reales usé el chino clásico. Cuando Fuentes escribe “Sacra, Cesárea, Católica Majestad” para dirigirse al rey usé palabras del chino clásico, las cuales los chinos podemos entender, pero no lo usamos ya. Usé el carácter chino 臣 que se pronuncia como “chen”, quiere decir literalmente su humilde servidor. Y usé también “zhen”, 朕, que quiere decir “yo”, y sólo lo usaba el emperador. 

La novela tiene tres partes. El viejo mundo (Europa), El mundo nuevo (América) y El otro mundo. ¿En cuál de esos mundos se sintió más cómodo? 

El primero y el tercero fueron los más difíciles. Me gusta el segundo porque hay muchas leyendas de los indios.

¿Qué otro libro de Fuentes conoce y admira? 

La Región más transparente, el prólogo de la versión china es mío.

¿Qué otro texto de Fuentes le gustaría traducir? 

Ahora traduzco Cambio de Piel, también es muy difícil, parece fácil, pero es difícil en su contenido.

El profesor Lin lleva la traducción de Cambio de Piel por la mitad y la trabaja en el mismo horario devoto que dedicó a Terra Nostra. Calcula que necesita un año más para terminar. A esta altura de nuestra conversación, al calor de un té verde y las idas y venidas del maestro desde la sala hasta su estudio, desde donde nos trae ejemplares de revistas, libros traducidos por él y sus discípulos, se va uno dando cuenta que le atraen los retos complejos, los autores difíciles. Confiesa una devoción especial por Lu Xun, el padre de la literatura moderna china que, al igual que Borges y Fuentes, manejaba una erudición total. De él recomienda la novela corta Historia Formal de A Q.

Gabo en la portada de la revista Literatura Mundial (Shijiewenxue) en 1990. Fuente: Kongfz.com

Un capítulo clave en la vida del profesor Lin es su relación con la revista Literatura Mundial, con la que colaboró cuando fue estudiante y luego dirigió. En los números de la publicación quedaron plasmados sus esfuerzos por acercar los mundos chino e hispano a través de la lengua. 

Cuando el profesor visitó México en 1985 ya había leído a los autores mexicanos y le impresionaba su estilo, muy distinto a la manera como se escribía en China en ese entonces.

“Los escritores mexicanos -reflexiona Lin- escribían de manera muy diferente a los chinos. Rulfo usaba el realismo mágico, que no conocíamos. La primera traducción del término realismo mágico al chino era en mi entender incorrecta porque se tradujo como ‘juego de magia’, lo que sonaba un poco a arte de feria, a mí no me parecía y lo traduje como algo cercano a lo fantástico. Escribí un artículo criticando la primera versión en Literatura Mundial”.

Las empresas del maestro Lin continúan: en Literatura Mundial, bajo su dirección, aparecieron por primera vez en chino algunos capítulos de Cien Años de Soledad, de Gabriel García Márquez, el autor que más se asocia con el realismo mágico. 

El Olor de la Guayaba traducido por Lin Yi’an

Vertió al chino El Olor de la Guayaba, la extensa conversación entre Gabo y Plinio Apuleyo Mendoza, un documento clave para desentrañar la vida, el estilo y la visión del mundo del premio Nobel colombiano. Suya es la traducción de Historia de un Deicidio, el ensayo que Vargas Llosa escribió sobre Cien años de soledad y su autor.

“García Márquez abrió la puerta de la literatura de América Latina para los autores chinos. Es más íntimo, más simpático”, reflexiona Lin. Es bien sabido que el autor colombiano fue una influencia capital para escritores chinos como Mo Yan (también premio Nobel) y Yan Lianke, autores a través de los cuales se puede entender algo de la China del presente.

Los aportes de Lin en beneficio de la conversación entre América Latina y China a través de la literatura continúan: 

Tradujo cuentos de Cortázar, como Cartas de Mamá; piezas de Julio Ramón Ribeyro;

en 1990, cuando Octavio Paz ganó el premio Nobel, coordinó la traducción de Piedra de Sol, acaso el poema más representativo de los muchos que escribió el autor mexicano.

Al prolífico profesor y traductor le ha quedado tiempo para traducir a la sombra Cien Años de Soledad, Del Amor y otros Demonios y Memorias de mis putas tristes, todas de García Márquez, que no han visto la luz porque Lin no cuenta con los derechos.

El profesor Lin en su casa

A su edad luce muy bien, ¿cuál es el secreto?

Lo mismo me preguntaron Vargas Llosa cuando lo conocí y un amigo mexicano. A este último le dije: como carne, me encanta la carne. Y no hago ejercicio. 

El profesor celebra su propia broma. Descree de las dietas, el culto al gimnasio y si tuviera que agregar algo a su fórmula añadiría el optimismo y la lectura.

¿Qué otro autor latinoamericano le gustaría traducir?

A Jorge Volpi. Me llamó la atención su punto de vista de la realidad. Es un crítico severo y justo.

¿Cuál es la relación de un traductor con los lectores?

La traducción es algo muy difícil, para los jóvenes y los viejos. Tengo que considerar la lealtad hacia las obras. No podemos engañar a nuestros lectores. Una versión mal traducida es un engaño para los lectores. Los lectores no conocen la obra original, solo pueden conocer a escritores de otros países a través de la traducción, si la traducción es mala o no leal, es un engaño para ellos. Podrían creer que los escritores extranjeros tienen un nivel bajo.

¿Cómo es para usted una buena traducción?

Siempre deseo que una traducción mía sea como mi esposa, o sea, leal y bonita.

El profesor Lin vuelve a reír. Sigue siendo un hombre joven.

Terra Nostra de Carlos Fuentes traducido por Li Yi’an, publicado por la editorial Zuojia

[1] Escritor colombiano. Textos periodísticos suyos han sido publicados en El Tiempo, El Espectador, Semana, KienyKe, Las2Orillas y Culturamas. Ha publicado cuentos en revistas y el reportaje Visiones de lo Prohibido.